una persona atrapada.
La vida contenida a la fuerza
y todas las puertas cerradas.
bruscas, sutiles y tremendamente eficaces,
se va aislando y hundiendo, poco a poco,
día a día, en un incómodo silencio.
con una interminable cadena.
Vive una vida de obligado cumplimiento,
de farsas y mentiras, de nudos corredizos,
de un devastador descontento.
con el infame derroche de rencores y lamentos.
Pisoteado por dentro, trata de escapar
de esa angustiosa trampa que lo ata a la muerte.
Acude puntual, como una condena,
a su grotesca cita anual
en un patético baile de mascaras obscenas.
De ingenuo lo acusan y abusan
y harto de someterse a una frívola concordia,
emprende una lucha que sabe a olvido.
le condena de por vida.
Prisionero de una rueda que lo arrastra,
se empeña, con la dignidad que aún le queda,
en una imagen de complicidad extrema.
le he visto asustado y desbordado
por una infantil impaciencia, y al fin,
ansioso por liberar tanta presión acumulada,
se aferra a la vida y renace sólo,
con la risa de su amada.
"Que sirva de precedente" © Rafa Chevira
No hay comentarios:
Publicar un comentario