viernes, 9 de marzo de 2012

Libertad Incondicional


Cuando se le hielen las manos al asesino;
cuando se le atragante al perro su ladrido;
cuando los títeres corten sus hilos;
cuando tengan los vencidos su monumento
y reciba el torturador su merecido.


Cuando no haya perseguidores;
cuando no haya perseguidos;
cuando desaparezcan los señores;
cuando haya un minuto de paz
y mil horas de colores.


Cuando salga del ataúd el reprimido;
cuando la envidia sea tiña;
cuando no haya culos que lamer;
cuando no haya nada que callar
ni haya nada que esconder.


Cuando caiga la lluvia como es debido;
cuando se aburra el aburrimiento;
cuando la rutina reciba su escarmiento;
cuando nos demos por enterados
de lo que se da por entendido.


Cuando amar tenga sentido;
cuando una sonrisa quepa en un beso;
cuando por fin despertemos;
cuando jugar no esté prohibido
y soñar no sea un exceso.


Cuando riamos sin miedo;
cuando la dignidad no tenga precio;
cuando sea incondicional la libertad;
cuando ocurra todo esto,
dejaré de luchar.


"Que sirva de precedente" © Rafa Chevira

6 comentarios:

  1. Eso nunca, aparecerán nuevas cosas por las que luchar.
    Me gusta, como en el feisbú.

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  2. Lo que me temo es que la mayoría de las cosas que menciono, le van a llevar a uno toda la vida.

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  3. La mayoría de las cosas que mencionas son hermosos deseos en los que debemos empeñarnos aunque sepamos que probablemente sean inalcanzables, aún así, abandonar el empeño sería imperdonable.
    Me encantó.

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  4. Paloma, soy de los que no abandonan...y de los que se lanzan; así me va.

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  5. Si la inteligencia renuncia ... estamos perdidos ¿que nos queda? Espero, que las palabras de Azúa y de Marías sea otra forma más de estimular y remover nuestras conciencias y no permitir que triunfe la mediocridad y la estulticia.

    Gracias Rafa, amigo, por tener la paciencia de escuchar, la osadia de razonar y la generosidad de compartirlo. Antonio.

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  6. Antonio, cabronazo, cuanto te quiero. Me has emocionado.
    La mediocridad para los mediocres de pro, para los que se jactan de su mediocridad, para los que se ponen la venda, para los que se empeñan en joder a los demás. A esos, ni agua. No vaya a ser que encima nos toque a nosotros hacer el esfuerzo de hacerles ver su equivocación. Si quieren salir de su mierda, que se pongan a ello, que se sumen, que aprendan, que se atrevan. Que pongan algo de su parte, digo yo.
    Te doy las gracias, amigo, por lo mismo, y... envido más.

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