sábado, 4 de febrero de 2017

Que lo sepáis



     A estas alturas de la película ya sabemos quienes sois y lo que hacéis, lo que defendéis y del lado de quien estáis. Ya sabemos lo que os importa y lo que despreciáis, de lo que sois capaces, de qué color es vuestro corazón y de qué se alimenta esa desbordante ambición que no consigue saciaros. Y no es lo único que sabemos. También conocemos vuestras armas y vuestras tácticas, como conocemos a esa legión de mediáticos mamporreros, que día tras día y haciendo gala de una macarresca chulería, tratan de distraernos y justificar vuestras burdas mentiras.

     Sabemos todo esto y sabemos más. Sabemos de vuestra innata incapacidad para sentir empatía, de vuestras dotes en el arte de la manipulación; sabemos que mentir, meter la mano en la caja y reprimir, es algo que hacéis con la misma frialdad que naturalidad. Sabemos, que vuestra inhumana e interesada ceguera os impide ver el sufrimiento (salvo el de Cristo, por supuesto), y sabemos que vuestra democrática apariencia no es más que el cutre disfraz que os sirve para ocultar la verdad y para seguir estafando impunemente.

     Sabemos todo esto y sabemos más. Sabemos de reyes y condesas, de sobres y finiquitos, de insolidarios recortes, de inhumanos desahucios, de bochornosos indultos, de amnistías fiscales, de rancios privilegios y chanchullos. Sabemos que la corrupción es vuestra forma de obrar, que despreciáis la cultura, que perseguís y silenciáis a todo aquel que os pretenda parar y que no dudáis en tachar de populista y demagogo a quien osa señalaros. Sabemos que sois capaces de matar elefantes y mirar para otro lado cuando se produce una masacre, y que lo hacéis, además, con la misma tranquilidad con la que (si se tercia) os vais a un spa o quemáis un bosque para levantar un centro comercial.

     Sabemos todo esto y sabemos más. Que no os gusta la libertad, que cambiáis las leyes a vuestro antojo para impedir que la gente pueda manifestarse, que la amordazáis y moléis a palos si intentan protestar. Sabemos que vuestra fe, vuestra mala fe, desprecia a la mujer, al inmigrante y al homosexual, que no creéis en la justicia ni en la igualdad y que siempre anteponéis vuestros intereses (y los de vuestros amos y señores) a la dignidad. Fijaos la de cosas que sabemos y no hemos hecho más que empezar.

     Sabemos todo esto y mucho más. Y queremos que sepáis que lo sabemos. Queremos que sepáis que esto va a cambiar y que sabemos, además, cómo hacerlo. Que esto, el chiringuito que os habéis montado, se os va a acabar, que más temprano que tarde, la realidad os va a superar.

 

© Rafa Chevira

miércoles, 11 de enero de 2017

Carta a un maltratador

 
 
 
 
 
Ya no sirven de nada
tus inquinas miradas,
tus insultos y gritos,
tus humillaciones y amenazas,
ni tampoco van a hacerlo
tus puñetazos y tus patadas.

Ya no saciará tu sed
ninguna lágrima más,
no impregnará tu aliento
mi espacio vital,
ni podrán tus golpes
hacerme temblar.

No volverán tus complejos
a imponerse por la fuerza
ni prohibirás absolutamente nada.
No conseguirán tus desprecios
ni tu arrogante ignorancia,
que me sienta avergonzada.

Hombre de pacotilla,
grotesco atorrante,
cuando despiertes de tu sueño,
de mi angustiosa pesadilla,
te darás cuenta, de repente,
que no significas nada.

Que el miedo y el odio
que brutalmente atesoras,
no lograrán su objetivo;
que tus tiránicas formas
y tus estúpidas normas,
no encontrarán su sitio.

Que no habrá más moratones,
más excusas, más perdones;
ni falsos arrepentimientos,
ni promesas baldías ni flores.
Que no podrás abusar de mi cuerpo,
ni hallarán cobijo tus lamentos.

Que no transmitirás tu inhumano legado,
que contigo se acaba el dolor y el espanto.
Que tus machistas y atroces certezas,
tu miserable y repugnante presencia,
desaparecerá sin dejar rastro
como hace el humo en la niebla.

Cuando despiertes, si es que lo consigues,
te darás cuenta, si es que eres capaz,
que tus humillaciones, tus desprecios,
tus gritos, tus golpes y silencios,
formarán parte únicamente
de tu mezquina e inerte realidad.

Que ya no podrás evitar
que brille el sol cada mañana,
que sus rayos estampen
la alegría en mi cara.
Que la vida me sonría
y yo, libre por fin, ría enamorada.

Rafa Chevira©

viernes, 18 de marzo de 2016

Cerrazón

Si sigues tirando piedras a todos los cristales,
cuando llegue el frío, no habrá ventana que te resguarde.

© Rafa Chevira

Medida

Toda pasión es poca.

© Rafa Chevira

Certeza

Aferrarse a lo humano,
es lo que siempre
nos acaba salvando.

© Rafa Chevira

Conclusión

Está claro:
Hablo otro idioma.

© Rafa Chevira

Amor

Actitud



© Rafa Chevira

Reparto

Os dejo los datos,
me quedo con las personas.

© Rafa Chevira